Un Beso de Esos, de López de Val. Reseña

Sinopsis

Un Beso de Esos, de López de Val, pllqq

¿Puede un beso robado cambiar el destino de dos personas?
Sí. Si es Un beso de esos.
Un beso que como a Trudy les encienda la pasión en sus venas.
Uno que provoque escalofríos en sus cuerpos erizándoles la piel.
Un beso de esos que sin apenas rozar sus labios les cause la entrega completa.
Uno que les haga borrar de un plumazo el resquemor de otros, tal y como le ocurrió a Julio.
Un beso que al recordarlo les excite de tal manera que les sea imposible conciliar el sueño y que por su ausencia les haga sentir personas vacías.
Al fin y al cabo, Un beso de esos capaz de crear un vínculo mágico en el que sus almas ya no puedan estar separadas, obligando al destino a cambiar su rumbo.

Es la historia, de todo lo que puede conseguir un beso…

«…La parsimonia con que la besaba la estaba volviendo loca y sí, aquel era un beso de esos.»

Es una historia que te mantiene intrigada, bueno, después de leer tantas, lo que necesitas es que te confirmen tus sospechas y leer como la escritora resuelve el final. Porque siempre tienes una idea de lo que puede pasar y te intriga el cuándo y el cómo.
Lo que me gusta de esta novela es que, es narrada desde las dos partes, no solo conocemos la versión de ella, que eso ayuda mucho, porque Julio, también juega un papel importante en la trama, como parte activa de la historia, no solo se ve involucrado en la parte romántica.
En esta historia era Trudy, la protagonista, la que me tenía en ascuas, era una chiquilla, o al menos se comportaba como tal, era una mujer consumida por su timidez excesiva, que se negaba a permitirse amar y ser amada, como si no fuera merecedora de ello. Eso no quiere decir que estuviera muerta…

«…Solo era capaz de sentir y gozar de haber dejado libre a la bestia que llevaba dentro»

Ella se escondía detrás de unas gafas de pasta, para en teoría, ganarse su trabajo por méritos propios y lo único que hacía era dejarse avasallar por todos. No era capaz de respetarse ella misma, como pretendía que los demás la respetaran.

«…En realidad era una persona tímida que le suplicaba piedad a través de su mirada.»

Julio, el protagonista masculino, es al que hay que agradecer su existencia, ya que, si no, no habría historia. Él fue el que despertó, por decirlo de alguna manera, a Trudy, la obligó a enfrentarse a la vida y saliera de la protección que le otorgaban sus embustes y su padre que se los consentía.

«-Mi hija ya es mayor para decidir cuándo y a quién contar sus cosas, ¿no es verdad, querida?» -Will.

En realidad, fue un beso, un beso de esos, un beso que les despertó a ambos, porque Julio también estaba en un letargo, no tan profundo como el de Trudy, pero sí que le afectaba a su vida. Fue ese beso el que se lo mostró. Él que le demostró que podía volver a creer en el amor y él que le dio fuerzas para luchar por sus sentimientos.

«-Primero, solo tú enciendes mi cuerpo; y segundo, no sé qué seré yo para ti pero tú eres mi chica, mi novia, aquella que he elegido para pasar el resto de mis días.» -Julio.

Si esto fuera un cuento, él sería el príncipe azul de Blanca nieves, tiene varias similitudes:
El viudo, casado en segundas nupcias con la mala, malísima, que hace la vida imposible a su hijastra… que es despertada de su maleficio por un beso… en este caso el primero no fue de amor puro, pero… al menos funcionó. Y no puedo seguir…

 

 

Mónica Airado

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