Reseña
«Atada a Ti»
de Sylvia Day
—Mío —susurré.
—Tuyo —
El gran protagonista de este capítulo es el AMOR y la ENTREGA, que está por encima de Eva y de Gideon.
Después del desasosiego del libro anterior, se agradece la calma de este. Los protagonistas demuestran en esta parte ya su amor de una forma mas serena, en cuanto a la seguridad de sus sentimientos.
«—Tú no me perderás nunca, cielo —me aseguró—. Dondequiera que vayas, por lejos que sea, allí estaré yo contigo.»
Gideon se muestra más posesivo, yo pienso que temeroso, por las consecuencias de sus actos y presiona a Eva para que se entregue de forma ciega a él. En todos los sentidos y ámbitos.
«Sí que podemos —respondió tajante—. Y lo vamos a hacer. Lo necesito, Eva. Necesito los votos matrimoniales, la legalidad… Me estoy volviendo loco sin ellos.»-Gideon.
Gideon poco a poco, comienza a girar cada día más, la tuerca, que oprime la cordura de Eva. Esa es mi sensación. La provoca y la lleva al límite, pero siempre controlando no superarlo.
«Debes suspirar por mí, cielo, no por un orgasmo. Por mi cuerpo, mis manos. Con el tiempo, serás incapaz de correrte sin el roce de mi piel.»-Gideon.
Eva en vez de agobiarse o reclamar su propio espacio, se siente halagada y agradecida. Ella se deja querer, en ese aspecto no lo discuto, no es tonta. Sin embargo me sorprende que ante, lo que tendría que ser una situación tensa, como mínimo, ella se muestre relajada, sin inmutarse ni un ápice.
«No pensé que fuera posible quererle más de lo que ya lo hacía, pero él no dejaba de demostrarme que estaba equivocada.»-Eva.
La situación llega a un punto extremo, a mi modo de ver, pero ellos están absolutamente relajados y cómodos. Esta claro, que son el uno, para el otro, pero claro… Es que ya, al menos lo reconoce Eva, tienen una adicción el uno del otro.
«Teníamos una obsesión, una dependencia el uno del otro del mismo modo inexorable que los adictos.»-Eva.
Creo que esta canción es para ellos. «Te despertaré» de Pastora Soler.