Las Manos Quietas, que Van al Pan de Lara Smirnov. Reseña

Sinopsis

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Nina no tiene suerte con los hombres. Harta de sufrir el acoso de jefes y compañeros en los restaurantes donde ha trabajado, se presenta al concurso «Tip Top Chef», para conseguir su independencia y abrir su propia pastelería.
Denis había logrado hacer realidad su sueño: abrir un restaurante a medias con la mujer de su vida. Pero cuando ella decidió que en su vida no era suficiente un solo hombre, el sueño se convirtió en pesadilla y Denis se quedó sin amor y sin restaurante.
Las cosas entre Denis y Nina no pueden empezar peor. Desde su primer encontronazo ante las cámaras, la pareja entra en un duelo personal para demostrarle al jurado que no tienen rival amasando pasta y pellizcando los bordes, pero cuando los focos se apagan, los pellizcos vuelan porque las manos se les van, y no precisamente al pan.

No sabía que esto iba a ser una tortura… una deliciosa tortura.
Se me hace la boca agua leyendo las descripciones de los platos que cocinan los protagonistas. Lo que daría yo por probar esos Abanicos de Hojaldre o las Maxmargaritas. Moriría por cualquiera de sus platos

“La cocina y el erotismo se basan en lo mismo.” —Max.

Ha resultado de lo más provocador y sexy que he leído últimamente. Hay un capítulo en particular que es para enmarcarlo y os aseguro que no tenía hambre —de ningún tipo— cuando lo he leído.

“No tardó en perder la cocina de vista al elevarse como si fuera un suflé en alas de un explosivo orgasmo”

Los personajes afortunadamente evolucionan favorablemente, a peor era difícil ir, en el caso de Max.
Max era un joven chef vivido y sobrado de todo, encantado de conocerse a sí mismo, como la canción de Sabina. Al principio, yo lo tenía atravesado, pero luego vas leyendo, y leyendo… hasta que descubres el motivo por el que Max se siente tan atraído por las margaritas y su compañera… y te deshaces.

“A veces, si somos muy afortunados y sabemos reconocer las señales, la vida nos da una segunda oportunidad”

Santina, Nina, es también una joven chef, pero sin tanta soberbia. Ella parecía estar enfadada con el mundo, lo que la hacía ser fría y desconfiada, hasta que unos ojos de color caramelo fueron templándola hasta fundirla.

“Le apoyó las manos sobre las rodillas y le abrió las piernas como quien abre un libro, para descubrir sus secretos más íntimos.”

Es una novela de muy pocas páginas y no me puedo explayar más, pero con ganas me quedo de hablar de la curiosa familia de Nina, que es de armas tomar, tierna dulce y explosiva.

Podréis conocer mis impresiones diarias sobre la lectura en el apartado Estoy Leyendo.
Además de los fan-art.

 

 

Mónica Airado

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