#reseña
Kamikaces por Amor
de Connie Jett.
Una novela que es todo amor y locuras… LOCURAS POR AMOR.
Cuando uno ama, se vuelve hasta kamikaze para ser feliz.
Sinopsis
Delphine nació en Francia, fruto de un amor adolescente de su madre, y vive desde los cuatro años en Madrid. Es excepcionalmente atractiva, inteligente y siempre va armada de respuestas ingeniosas y algo ácidas. A sus treinta y dos años, habla tres idiomas, tiene dos másteres en dirección de empresa y trabaja como parte del ejecutivo para la cadena de hoteles más importante de España. Adicta al trabajo y con un corazón de hierro, se escuda en su profesión para no enfrentarse a sus verdaderos temores. Una mañana, su jefe la cita en su despacho para pedirle que ayude a su hijo Alberto a recuperar a su exprometida. Delphine organiza un plan maquiavélico para conseguir su objetivo, y descubre su verdadera vocación: que ha nacido para enredar los corazones de todo el que la rodea. El destino, sin embargo, no es tan fácil de engañar, ¿o sí? Una comedia romántica que nos conducirá por psicodélicos y alocados planes para conquistar el amor. ¿Estás preparada para convertirte en una verdadera kamikaze?
Como siempre, Connie Jett, no falla, es mi debilidad, lo sé. Nos ha narrado de forma divertida y tierna las locuras de sus personajes. Esta historia abarca varias maneras de entender y vivir el amor, cada personaje lo vive de una manera y podemos leer las locuras que cada uno hace por amor.
Porque el amor es singular, no tiene normas, ni reglas, ni dictados, es así, único. Por eso nos vemos «Obligados» a ser Kamikazes para conseguirlo, si no, no seriamos dignos de él ¿No?
En el apartado de #estoyLeyendo, ya os conté, que sentía predilección por la protagonista Delphine o Delfina. Yo creo que se podría llamar de cada manera dependiendo del momento. Cuando ella tenía sus «Escudos protectores» activados era Delphine, la exigente y estricta mujer de gélida conducta, que no concebía nada, fuera de la perfección.
Esa era la que la gran mayoría conocía, solo unos pocos afortunados conocían un poco a la Delfina, que se podía relajar un poco, como para desactivar los escudos, que la convertían en una persona de carne y hueso, aunque no se permitiera demostrar, que tenía sentimientos como el resto de los mortales.
«Una vez entre sus brazos ya nada le importaba, perdía la noción del tiempo.» -Delfina.
Ese pequeño círculo de afortunados sabía, que esos sentimientos existían y simplemente esperaban que en algún momento afloraran, lo que no se imaginaban era que aparecieran a raíz de un juego de casamentera.
«Por nosotros, que sabemos adónde vamos, pero no nos atrevemos.» -Nacho, brindis.
En el fondo Delfina comenzó ese juego, con la esperanza de demostrarse a ella misma que realmente existía el amor, que valía la pena, ser capaz de luchar por ello y después relajarse lo suficiente para dejarse llevar por ese sentimiento. El que te provoca la necesidad de hacer locuras por amor, el ser Kamikaze.
«Qué cruel es el amor, lo tienes todo con él, y sin él todo pierde sentido.» -Delfina.
Gracias a que el amor de su vida, Nacho, tenía una paciencia infinita. Fue su primer amor y estuvo siempre a su lado, bueno, casi siempre. Ese tiempo que se marchó, hizo mella en Delfina. Sin embargo, los sentimientos de él nunca cambiaron, él la amaba, no se alejaba de ella, la consintió TODO.
«Quiero que mi primera vez sea con vos, quiero que seas mía para siempre.» -Nacho.
Nacho estaba siempre a su lado, siempre se consoló con las migajas que ella le entregaba, sin rechistar, agradecido. A mí me daría miedo un chico así. Hasta que Nacho no dio el golpe en la mesa, que necesitaba Delfina para despertar y enfrentarse a sus temores y demonios, para poder ser al fin libre.
«Que necesito algo más de vos, que si no me dejas entrar en tu vida de verdad, me marcharé para siempre y te dejaré libre.» -Nacho.
Podréis conocer mis impresiones diarias sobre la lectura en el apartado Estoy Leyendo.
Además de los fan-art.