Reseña
«Alguien que No Soy», Mi Elección 1
de Elisabet Benavent.
Ay…. Me muero.
Como ha convertido una historia de sexo, donde a veces, resultaba hasta estridente, en esta historia de pasión…
—Nunca nadie me había besado como tú. (Hugo)
— ¿Y cómo beso yo? (Alba)
—Como siempre he querido que lo hicieran.
Pasión de esa que te oprime el pecho, que te hace sentir que el esternón pesa más de lo habitual y tienes que hacer esfuerzos para que los pulmones se puedan expandir y tomar aire.
«Mi cuerpo me pide estar dentro de ti como si eso fuera a salvarme la vida.» – Hugo.
«No debía estar triste pensando en besos que no me habían dado.» -Alba.
Muchas veces nosotros nos enfadamos con los demás por no darnos lo que demandamos, sin ni siquiera darnos cuenta, de que pedimos cosas contradictorias, porque ni siquiera nosotros mismos sabemos que es lo que deseamos o necesitamos.
Como ya comenté anteriormente, mal empezamos, si comenzamos con mentiras, pero aun peor si a quien intentamos mentir, es a uno mismo, convenciéndose de ser alguien que no es.
«Porque el sexo nunca es solo sexo y hasta ellos eran conscientes de ello.» -Alba.
Alba resultó ser la más sincera, o la que menos se engaño a ella misma. Ella se mentalizó en lo que iba a empezar, sabía que partía de cero y se dejó llevar por ellos, que eran los que en teoría sabían lo que hacían.
«tú eres la que manda y nosotros los que nos contentamos con lo que tú decidas.» -Nicolás.
La pobre se convenció tanto a si misma que «Solo era sexo» que no pudo darse cuenta de que había aparecido algo más, amor. De que ellos cada vez demandaban más, ella complacida y alagada se lo dio.
«Había sepultado las ganas de que aquello se convirtiera en algo más.» -Alba.
«Estaba enfadada conmigo misma por no haber sido capaz de gestionar mis expectativas con practicidad.» -Alba.
Los protagonistas Hugo y Nicolás son para volverse loca, cada uno a su manera, pero no podrías escoger.
Hugo es el que descubre a Alba, el que la seduce y la convence. El señorito que por sus desgracias, rehúye de los sentimientos, aunque algo deja ver
«Ah…, mi vida… —gruñó—. Nunca nada me había gustado tanto como tú…» -Hugo.
Nicolás es quien más ternura desprende, por su forma de ser: reacio con la gente en general y una autentica ternura en particular. Con ese aire melancólico…
—La lluvia. Me trajo algo bonito. (Nicolás)
— ¿Qué te trajo? (Alba)
—Un beso especial.
