Todo lo que Nunca Fuimos de Alice Kellen. Reseña.

Sinopsis

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Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

Es una novela preciosa pero intensa, me encanta la dulzura con la que la escritora describe los sentimientos y cómo utiliza los colores para representarlos.

La historia está narrada por dos voces, la de Axel y la de Leah. En esta parte de la bilogía, la primera, es Axel más protagonista que Leah a pesar de que todo se mueve entorno a ella.

Leah, a consecuencia de un trágico accidente, en el que mueren sus padres, sufre estrés postraumático y está sumergida en una depresión. Su hermano, intentando ayudar, la da su espacio y tiempo para que cure sus heridas, sin embargo esto no le hace mejorar.

En cuanto a Axel, ahora mismo tengo sentimientos encontrados, porque el personaje me creó tantas expectativas que era difícil conseguirlas en tan poco tiempo, —que un libro podría ser suficiente— pero Axel tenía otras prioridades, antes de avanzar en el ámbito personal.

Yo pienso que él necesitaba antes de evolucionar, recuperar a Leah del torbellino en el que se encontraba y del que no quería salir porque se había abandonado, le había ganado el dolor que sentía al intentar superar la muerte de sus padres y se había dejado arrastrar por la corriente a pesar de que esta la llevara al fondo del mar.

Axel, como el resto de la familia, sufría al ver que Leah se negaba a sentir, a vivir, a disfrutar… Él la convirtió en su prioridad después de que Oliver, hermano de Leah, la convirtiera en su responsabilidad y eso hizo.

Axel luchó por Leah a muerte, nadó a contracorriente para ayudarla, tendiéndole una mano, que ella no pidió, que se negó a tomar hasta que su insistencia la convenció y poco a poco la reconfortó, la animó a nadar entre una vorágine de sentimientos que se negaba a aceptar. Ellos juntos lo consiguieron, salieron a flote pero…— siempre hay un pero— esto les animó demasiado, tanto que, Axel se olvidó que él no estaba preparado para salir del mar, que él tenía «cosas» pendientes que superar y… —siguiendo la analogía— salió del mar con el culo al aire.

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Puntuación: 3 de 5.

Mónica Airado

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