¡¡¡Pero Kiki!!!
Eso es lo que diríamos todas si fuéramos la amiga de Kiki y estuviésemos viendo lo que está haciendo… o lo que se está dejando hacer. Aunque debo reconocer que, eso sería en un principio, por la sorpresa que representa es que el hecho haya sido perpetrado por ella —si lo hiciera otra, no sería para tanto—.
Después de superar el primer golpe, por la sorpresa, se nos desencajaría la mandíbula, por pura envidia, pero la de verdad, la verde. Porque Rai, el protagonista —además de no ser, lo que dice ser—, es la sensualidad personificada, rebosa erotismo por los poros. Al menos, al leer nos damos cuenta de que, a él le pasa lo mismo con Kiki.
Lamento deciros poco más, pero esto se pone muy interesante… en cuanto me despiste os cuento la trama, son muy pocas y no puedo desvelar nada.