La lectura cada vez es más emocionante y estoy intrigadísima, vamos que, ¡ME TIRO DE LOS PELOS!
Me dejé llevar por el ansia de leer… ahora estoy además desolada.
Me explico. Yo estaba leyendo, emocionada, deseaba llegar al culmen de la relación entre Selene y Gideon; ya estaba avanzando en la trama, cuando de pronto me he sentido devorado por ella.
He pasado del subidón, a un descenso abrupto, como una caída al vacío. Ahora estoy ahí, en el fondo de un barranco perdido; esperando, ansiando que los protagonistas me saquen de allí, sin vislumbrar una salida, un camino que me permita huir con el menor daño posible.
En realidad, son ellos, Selene y Gideon, los que deben hallar el modo de escapar del fondo de ese acantilado, en el que siento que, les he abandonado yo, al dejar de leer, sin poder seguir la trama.
¿Estas cosas os pasan también a vosotras? O ¿Soy yo la rara?
Lo cierto es que, Gideon y Selene no están viviendo las típicas anécdotas universitarias, la historia los ha llevado por otros derroteros y están en ese abismo, del que yo en estos momentos no sé si conseguirán salir indemnes, tienen una situación complicada y yo estoy deseando leer como consiguen resolverla.
No puedo evitarlo, os dejo para seguir leyendo.
Jejeje. Ya sé por dónde vas…